La identidad de aquella propuesta que inició en CEDER buscando colaborar en pequeñas transformaciones sociales que abonaran al bienestar de los grupos en situación marginada y vulnerable que atendimos, ha dado un giro radical para convertirse en una propuesta inédita con un nuevo rostro que, aunque familiar para nosotros y desconocido para una gran mayoría, nos satisface mucho la fresca forma que comienza a develarse, pues, nos encanta poder incorporar en nuestro mensaje y en nuestra propuesta metodológica, la tan negada y desdeñada lógica espiritual que la ideología de teñidura patriarcal ha sabido erradicar hábilmente de la cotidianidad de mujeres y hombres y, por ende, de cualquier espacio existencial para su práctica.