Cápsulas de Luz para Ascender a la 5D

LA DEPRESIÓN COMO UN DETONADOR DE TU DESPERTAR ESPIRITUAL

Autora: Norma Del Río / 6 de abril de 2022

En el artículo anterior exploramos cinco formas o sucesos detonadores con los cuales el proceso del despertar espiritual puede activarse en las personas, sin embargo, hay un detonador más que hoy es muy común que le suceda a una gran mayoría de los humanos que aún permanecen en ese estado de adormecimiento tan característico en las personas que siguen conectadas a la lógica del sistema mátrix, desde luego que me refiero a la depresión o a ese estado depresivo agudo donde la constante son episodios de ansiedad y angustia. Decidí dedicar un artículo especial para explorar de manera específica los detalles del suceso detonador por un estado depresivo, porque considero que hay al menos dos situaciones a considerar que giran en torno a este síntoma de desconexión.

La primera es que creo firmemente que este es el suceso detonador del Despertar Espiritual que con más frecuencia se manifiesta en las personas en estos momentos de caos global. Sin embargo, a pesar de que estoy convencida de que la depresión es el suceso detonador más frecuente que hoy experimentan una buena cantidad de humanos en todo el planeta, también sé que es el que menos registran las personas como tal, es decir, es el detonador del proceso de despertar espiritual más inconsciente que viven los humanos en estos momentos de transición energética que estamos experimentando. 

La segunda es que este es uno de los sucesos más potentes que una persona puede experimentar para detonar en ella la oportunidad de iniciar un proceso profundo de sanación espiritual que la llevará a una radical transformación de sí misma, sin embargo, he observado que justo esta condición de ser activador de una real transformación sustancial –cualidad que lo hace tan potente– suele experimentarse de maneras muy peculiares para los humanos, que van desde la negación total del estado depresivo, hasta la resistencia a aceptar tal estado anímico y, por tanto, el apego a persistir para prolongar en el tiempo, a  ese desagradable estado del ser que es la depresión, como una forma muy inconsciente de acudir al victimismo para evitar crecer, evitar madurar y evadir tomar plena responsabilidad sobre la propia vida.

Tales son las secuelas de vivir sumergido en las demandas de la sociedad mátrix que hasta existen personas que les atrae el seguirse movilizando en su vida desde la nefasta energía del victimismo. Comencemos entonces a explorar este tema.

La depresión como un detonador muy inconsciente del Despertar Espiritual

Una gran cantidad de humanos de todo el mundo están haciendo evidente para sí mismos, el estado de depresión aguda y de recurrente ansiedad que están padeciendo; es probable que incluso para algunos de éstos el padecimiento tenga años y, sin embargo, muy pocos lo asocian como un activador de ese proceso del Despertar Espiritual en el que está sumergida toda la Humanidad, y en donde aún, una gran mayoría de estos humanos, permanecen enfrascados en la ficticia percepción mátrix 3D de manera inconsciente y viciada donde, además, están programados a negar y evitar cualquier situación externa o sensación interna de conflicto y/o malestar, que los obligue a detener su vida para revisarla y ponerla en orden.

La persistencia por defender al sistema para que se perpetúe ese estado que conocemos como normalidad, paradójicamente, es una de las razones principales por la que esos mismos humanos –que desde luego aún están dormidos y que se resisten a entrar en el inevitable proceso de transformación que impulsa Gaia,– están entrando en estado depresivo, pero además, es la condición por la que no pueden asimilar que su depresión y recurrente ansiedad son solo síntomas de que el proceso del despertar espiritual está llamando a sus puertas para que se abran a recibirlo.

Después de todo una parte importante de la narrativa mátrix que promueve ese estado de la normalidad como un distorsionado estado de bienestar, el cual tantos humanos defienden, es justo negar toda situación emocional de malestar crónico, con la ausencia de conexión espiritual que hoy es la constante en una gran mayoría de las personas.

Así púes, tenemos hoy en día, una buena cantidad de humanos que está vivenciando recurrentes estados depresivos acompañados de ansiedad y angustia, así como de tristeza aguda, los cuales están actuando como sucesos detonadores para activar su despertar espiritual, pero desafortunadamente la mayoría de estos humanos no registran esta experiencia como el umbral hacia esta transición evolutiva que se está activando en el Planeta desde hace al menos una década.

Esto es así, porque justo son estos humanos quienes permanecen habitualmente desconectados de su naturaleza espiritual, ya sea a través de una actitud inflexible de escepticismo y negación sobre la realidad espiritual de la existencia o por su persistente actitud en aferrarse a su dura coraza de la normalidad, en aras de conservar una endeble sensación más ficticia que real de seguridad, desconociendo que esta condición depresiva sólo es el grito silencioso que su alma expresa para ser atendida en sus loables necesidades de reconexión.

La depresión es un síntoma contundente de desconexión

Sin importar cuáles sean los motivos o circunstancias que el alma genera para manifestar las molestias existenciales agudas que padece una persona depresiva, este estado anímico tan desagradable y desvitalizador, es sin duda alguna, el síntoma inequívoco de que dicha persona lleva un buen tiempo de su vida viviendo profundamente desconectada no solo de sí misma sino, además, de esa energía vigorosa y nutriente que provee la existencia cuando es vivida en modo espiritual.

De ahí que la depresión sea un estado muy potente para terminar de una vez por todas con la inercia en la que está sumergida toda persona-alma que ha dedicado una buena parte de su existencia a estar en complacencia y adaptándose a costa de sí misma a las demandas de la sociedad mátrix, porque justo ese es el origen trascendente del estado depresivo, es decir, la depresión aguda y persistente, no es más que el síntoma contundente que se manifiesta en una persona que ha dedicado una buena parte de su vida a ser condescendiente con esos otros a quienes les entregado su poder con tal de obtener una sensación de aceptación, reconocimiento o pertenencia que es más ilusa que real; es una indicación de que esa persona se ha dedicado obsesivamente a cubrir todas esas demandas de la superflua sociedad mátrix a costa incluso de su propia integridad.

Cuando el proceso del despertar espiritual busca como canal de su activación a la depresión, con certeza la persona que padece este desagradable estado anímico, lleva años sumergida en un ciclo persistente de conflicto consigo misma que se manifiesta en un pleito permanente entre ser y no ser, es decir, entre seguir las demandas que surgen auténticamente de su corazón y cumplir con los múltiples deberes que la persona ha engullido como reales, así como con las exigentes expectativas que otros demandan de ella, pero con las que claramente, a pesar de que no le resuenan, se ha obligado y habituado a vivir así, sin ser para complacer.

Esta persona está habituada a ser desleal consigo misma, es experta en abandonarse para cumplir con demandas de terceros, en donde la mayoría de las veces, es a costa de sus propias necesidades; es la clásica persona que ha colocado su atención por años, en buscar formas para desempeñar cabalmente con su autoimpuesta y peculiar coraza de la normalidad, creyendo falazmente que si se esfuerza por cumplir con todo esas demandas que la proveen de una endeble sensación de normalidad, encontrará el reconocimiento que tanto necesita, sin detenerse a observar cómo justo esta situación de infidelidad hacia sí misma, es la que la mantiene en una oscura desconexión consigo y con su alma.

La depresión es un estado muy potente para liberarse de la programación mátrix

Dado que la mayoría de las personas que en este momento sufren de depresión, son quienes más han gastado energía esforzándose a lo largo de su vida por encajar en ese status quo con el que se han identificado incluso, como ya lo dije, a costa de sí mismas, y dado que son quienes más han llevado una vida llena de represiones, prohibiciones y opresiones autoimpuestas, así como de expresiones distorsionadas de sí mismas, animadas todas estas por el oneroso oficio de complacer a otros en el abandono crónico de sí mismas, es que la depresión, siendo una secuela de esta peculiar forma de abandono y autoagresión, es una de las experiencias más valiosas y potentes para impulsar en uno mismo una radical autotransformación que será totalmente apoyada por la nueva energía entrante en este momento del inminente colapso de la vieja energía mátrix.

La devoción y apuesta incondicional hacia los distorsionados valores y paradigmas de la programación mátrix, como forma embaucadora de autorrealización, conlleva la adquisición de valiosos aprendizajes existenciales, una vez que la persona ha logrado aceptar que aprendió a existir bajo el manto de esa falacia; pero para que esto suceda, el reto que toda persona en estado depresivo deberá atender, consiste no solo en hacer consciente que su depresión es justo la secuela de su propio abandono y desconexión consigo misma sino, además, en lograr darle un giro culminante a su percepción, es decir, estas personas deben aprender a observar su situación depresiva y las condiciones que la llevaron a sentirse de esta manera desde una percepción más sublime y elevada, libre de juicios hacia sí mismas.

Disposición para transformar radicalmente la manera como se percibe la propia realidad, especialmente la manera en cómo se procesa ese particular estado anímico depresivo, junto con todos los descubrimientos que surgen alrededor de éste cuando se realiza voluntariamente un dedicado y restaurador trabajo con el propio mundo interior, es una de las claves más contundentes para renovar con bienestar pleno, tal situación de malestar.

Eso sí, aceptando que dicho proceso de restauración es gradual y sin esperar ingenuamente que tal hazaña se logrará de un día para otro; después de todo, no es posible reparar en días, semanas o unos cuantos meses lo que se ha descuidado crónicamente en años.

De ahí que, si la persona se entrega totalmente a su proceso de restauración, habilitando una actitud compasivamente aceptante de su estado depresivo actual, así como una robusta paciencia consigo misma para encontrar su propio ritmo en este heroico sendero de renovación, encontrará en su depresión a una aliada o estado muy potente para terminar de una vez por todas con esa inercia, apatía y dejadez en la que ha estado sumergida de manera muy inconsciente, toda persona-alma que ha dedicado una buena parte de su existencia a vivir para la complacencia de otros y amoldándose ofuscadamente a las demandas de la sociedad mátrix a costa de su conexión consigo misma.

Cuándo la depresión cumple su función como detonador del despertar espiritual

Para que un estado depresivo pueda cumplir su función de detonador del despertar espiritual es indispensable que la persona que lo experimenta, este dispuesta a asumir la responsabilidad total de atender este estado anímico de auxilio que emite su alma como secuela de una rotunda y persistente desconexión consigo misma que dicha persona ha fomentado en su vida por un largo periodo de tiempo.

Sin el reconocimiento de que dicho estado depresivo es una situación que la misma persona se ha provocado inconscientemente, y sin disposición para abrazar y explorar su depresión en lugar de huir de esta, es imposible aprovechar este estado depresivo para iniciar el arduo proceso de despertar espiritual y de restauración del mundo interno que es posible desarrollar con este evento detonador cuando se hace de forma consciente e intencionada.

El trabajo principal aquí es aprender a transitar esa oscura noche del alma con plena disposición para explorar con regia calma y compasión todas esas emociones desagradables, dolorosas, molestas y de angustia que con certeza la persona ha evitado contactar por años.

Arraigar la fe y confianza absoluta por la benevolencia de la vida es otro de los trabajos internos a realizar para la persona que está vivenciando este tipo de detonador; así mismo, aprender a perdonarse por los errores cometidos, por el abandono con el que tal vez la persona se ha tratado, por las faltas no vistas y tal vez por el maltrato que esta persona se ha dado a sí misma o ha permitido a otros que se lo den, puede ser también parte del trabajo de mutación que es necesario hacer en esta condición.

Lo importante es que, una vez que la persona puede reconocer tal situación como un evento que le permitirá despertar espiritualmente, y una vez que logre abrazar su estado depresivo en lugar de rechazarlo, juzgarlo o evitarlo, dicha depresión se convertirá en su mejor aliada para reencontrarse consigo misma y aprender a amarse incondicionalmente, así como para aprender a conectar con la zona compasiva y amorosa de la existencia.

La depresión aguda debe ser tratada desde un enfoque de lógica espiritual

Más allá de que el estado depresivo puede ser un suceso detonador, hace algunos años que esta enfermedad psíquica se ha convertido en el mal cotidiano de los humanos que desafortunadamente va en incremento, sin embargo, la desgracia no es precisamente el incremento de humanos depresivos, sino la manera como esta secuela de la mátrix 3D, que es la depresión aguda, sigue siendo tratada de manera tan ineficiente por la comunidad de médicos mátrix 3D, hasta este momento.

Una de las situaciones que he tenido que aprender a observar con mis pacientes, es la manera como éstos se convencen falazmente de que el medicamento que les receta el médico para amortiguar los malestares existenciales de la depresión –que se manifiestan en los clásicos síntomas físicos que la acompañan– es suficiente para sanarlos de tal estado de alerta que emite el alma desde el ser.

Lo que mis pacientes tienen dificultad para comprender, es que el medicamento solo sirve para minimizar los efectos del malestar fisiológico que acompañan a la depresión, y así mismo favorece que se adormezcan los malestares psíquicos que también forman parte de los síntomas de su padecimiento, sin embargo, minimizar los efectos fisiológicos y adormecer los síntomas psíquicos, no significa jamás que la depresión se está atendiendo, por el contrario, lo único que está sucediendo es que ahora, además de que con el medicamento solo se han minimizado esas molestas alarmas que el Alma activa en el cuerpo y en la psique como síntomas, y que no son otra cosa que el lenguaje con el que se comunica para advertir lo imperioso que es el detener la vida para ordenarla y reconfigurarla, la persona se ha negado la extraordinaria oportunidad de trazar un auténtico sendero de sanación y despertar espiritual.

Por esto, la depresión debe ser atendida desde una lógica espiritual para que la persona que la padece logre asimilar que este desagradable y desvitalizador estado anímico es una secuela de la forma muy poco funcional en la que ha llevado su relación consigo misma, pues esta es la única garantía de que dicho estado anímico pueda ser usado como una potente oportunidad no solo para restaurar plenamente la relación con uno mismo sino, además, para que pueda convertirse en ese suceso detonador que activará el sendero que es necesario recorrer para consumar ese estado espiritual de despierto.

No siempre se asocian los eventos activadores dolorosos con un Despertar Espiritual

Actualmente, dado el contexto global que están experimentando nuestras sociedades por los acontecimientos caóticos que están sucediendo en todo el Planeta y que seguirán por un rato desplegándose, la depresión, como ya lo dijimos es sin duda alguna, un síntoma contundente de la activación del fenómeno del Despertar Espiritual en una gran mayoría de humanos. Sin embargo, también sucede que esta condición de depresión puede ser, con mucha frecuencia, una secuela psicoemocional de la mala gestión que tienen las personas para manejar los anteriores sucesos detonadores que acabamos de revisar en el artículo pasado.

Sí, lo que te estoy diciendo es que no todos los humanos aprovechan los eventos dolorosos como detonadores de su despertar espiritual, por el contrario, los usan como una excusa para revolcarse en el vicioso sentimiento de victimización, pues la mayoría de estos humanos que experimentan ansiedad y depresión desconocen esta información, es decir, un buen número de humanos que están en medio de situaciones en conflicto que sirven de sucesos detonadores, al no saber cómo manejar estás situaciones, terminan deprimidos, pues ignoran que pueden estar en el umbral de su propio despertar espiritual.

Así pues, una gran cantidad de humanos en este momento, está funcionando de manera muy disfuncional, siendo los episodios de ansiedad y de depresión aguda lo que aqueja a una buena parte de la población de todo el mundo.

Desconectados por años de sí mismos y enajenados de la sustancia espiritual que configura a la existencia misma, abrumados y llenos de angustia por un aparente destino devastador que, además, los medios intoxicantes de comunicación oficial se encargan de promover a través de sus cotidianas y bien planeadas potentes noticias de miedo y temor,  los humanos aún dormidos o en proceso inicial de despertar, experimentan los sucesos detonadores de los que ya hablamos, como desgracias que son ajenas a ellos, sosteniendo en su distorsionado sistema de creencias que les permite configurar su propia realidad, una apreciación grotesca sobre la vida, la cual, dentro de su deformada percepción, han aprendido por programación a experimentarla de esta manera.

El problema de tal situación es que, los humanos que están experimentando estos episodios de ansiedad y estados del ser depresivos, suelen vivenciar estas condiciones como víctimas de las circunstancias, ignorando que todas esas emociones de sobrevivencia tan molestas y desagradables, no son más que la secuela y producto de su persistente condición de desconexión que ellos mismos han generado a lo largo de su historia de vida.

La humanidad está experimentando su noche oscura del Alma

La humanidad está pasando por su noche oscura del Alma, el colectivo inconsciente humano es aun mayoría y, el sistema mátrix junto con los controladores del Planeta están dando sus últimas patadas de ahogados buscando ralentizar el proceso ascensional hacia la 5D que inevitablemente está procesando Gaia, impulsada por la Nueva Energía entrante que desde el 2012, está ingresando sin parar y la cual se ha incrementado considerablemente a partir de la estrategia de la Pandemia que no tuvo el éxito que esperaban aquellos quienes controlan a la Tierra.

Gaia no parará en su proceso de Ascensión hacia la 5D, sin importar las artimañas de los controladores ni las resistencias que tenga ese grueso del colectivo inconsciente humano que aún está conectado por percepción y programación al sistema mátrix 3D; nuestro Planeta Gaia, seguirá con su trabajo ascensional apoyada por la comunidad de humanos despiertos y por la comunidad de hermanos galácticos que habitan en este cuadrante de la galaxia, y que están desde años parqueados alrededor del Planeta y de nuestro sistema solar, no solo observando nuestro proceso, sino además, contribuyendo con la ayuda y el apoyo que sí tienen permitido brindar para acompañar a los humanos en esta maravillosa transición evolutiva.

Así que, esta noche oscura del alma que el colectivo humano está experimentando en su mayoría sin ser conscientes de esto, es la manera espiritual en que esa gran Supra Conciencia de la que todos provenimos nos llama para alinearnos a este extraordinario y magnificente momento evolutivo; por esto, querida lectora y lector, lo mejor que puedes hacer para alinearte a esta aventura de crecimiento espiritual, es comenzar a modificar tu percepción hacia una postura elevada para que puedas tener presente las bendiciones que implica saber que, tus eventos dolorosos son solo sucesos detonadores, los cuales pueden ser una extraordinaria oportunidad para movilizar el proceso de tu propio despertar espiritual y agilizarlo.

Así mismo, quiero que estés atenta para que no termines inconscientemente revolcándote en ese viciado caldo energético de la victimización que tanto promueve la distorsionada percepción tridimensional de ese juego emocional de la mátrix 3D que todos hemos jugado sin darnos cuenta… aunque eso ya está cambiando. Nos vemos en nuestro siguiente artículo donde ahora estaremos revisando cuáles son las etapas que configuran esta experiencia del despertar espiritual.

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