5 señales de una práctica centrada en el ego
El ego humano, es una parte natural de nosotros, de ahí su característica energía leonina que nos permite descubrir nuestra propia autoexpresión para después compartirla con el mundo; sin embargo, cuando el ego domina la práctica astrològica, distorsiona su propósito y la convierte en una herramienta de vanidad personal en lugar de autoconocimiento.
En estos casos, el astrólogo deja de ser un intérprete y se convierte en una figura de autoridad rígida que impone su visión, busca reconocimiento o incluso utiliza el conocimiento astrológico para ejercer poder sobre los demás, impactando negativamente a los otros “con todo lo que sabe” o “todo lo que logró vislumbrar en el futuro”.
Cuando el ego toma el control, la práctica astrológica deja de ser un camino de exploración y pasa a convertirse en un discurso inflexible, lleno de juicios, etiquetas, creencias obsoletas y tabús cargados de estigmas y dogmas que enjuician nuestra percepción sobre esta noble disciplina (ese tema en particular). Esto no solo limita el crecimiento del consultante, sino que también empobrece la práctica en la disciplina, alejándose de su principal función.
Como vimos en el artículo anterior, la egotitis en la astrología se manifiesta cuando el astrólogo deja de ver su labor como un servicio y, en su lugar, adopta un papel de autoridad absoluta, imponiendo sus creencias, etiquetando a las personas bajo juicios inamovibles o utilizando el conocimiento astrológico para alimentar su vanidad personal, y su imagen. En este contexto, la astrología se transforma en un vehículo de superioridad, un discurso rígido y limitante que, en lugar de expandir la consciencia, refuerza patrones rígidos y de distorsión.
En este artículo, exploraremos cinco señales que revelan cuándo la práctica astrológica se ha desviado hacia el ego, y cómo reconocer estos patrones para mantenernos en una astrología más consciente, auténtica y en servicio para el otro.
Las 5 prácticas que refuerzan el egotitis astrológico
1.- Cuando la Astrología es mal utilizada como una herramienta de vanidad personal
Como mencionamos en el artículo anterior, el conocimiento astrológico y la práctica astrológica, de quién la trabaja y/o ejerce puede venir influenciado por los prejuicios, creencias, tabúes y su herido mundo emocional no sanado. Si en esta práctica, e astrólogo, o quién la ejerce, aún no se ha dedicado a sanar lo antes mencionado, puede llegar a caer en una práctica distorsionada en donde el enfoque central se vuelve determinista, fatalista y llena de estereotipos psicologizados, o “prejuicios zodiacales”, que alejan al consultante de la esencia primigenia que impregna a la Astrología.
Esto genera un patrón inconsciente en el astrólogo, en donde su conocimiento es usado para “reforzar su narcisismo encubierto”, demostrando su «superioridad» o «poder especial» con el que nació o posee. Este enfoque en la Astrología, se vuelve un medio de vanidad personal, donde el astrólogo dicta verdades incuestionables y se posiciona por encima de la persona a la que “interpreta” su carta astral.
Por ejemplo, esta actitud de superioridad se puede ver reflejada cuando se dedican a realizar estos “ejercicios de interpretación a celebridades”, en donde sin conocer a la persona en cuestión y basándose en sus escándalos, interpretan la personalidad del individuo, imponiendo su “verdad” como absoluta, dejando a un lado que, la persona no es un dato estadístico más, sino un mundo entero de expresiones y complejidades energéticas, punto siguiente que estaremos abordando.
La mayoría de los astrólogos usan este arte simbólico, no como una herramienta para ayudar a comprender a otros, sino como un medio para reforzar su propio sentido de narcisismo encubierto, superioridad, autoridad o vanidad personal. Básicamente, la práctica astrológica actual, se ejerce más desde esta postura para alimentar el ego del astrólogo, en vez de servir como un medio para impulsar el crecimiento de los demás.
2.- Más que una estadística zodiacal: cada persona es un UNIVERSO ÚNICO
Uno de los errores más comunes en una práctica astrológica dominada por el ego es reducir a las personas a estereotipos zodiacales o a lo que llamamos “etiquetas psicológicas”. Frases como «todos los Aries son impulsivos» o «si tienes Saturno en la casa 7, nunca te casarás» simplifican en exceso lo que en realidad es un sistema energético complejo como lo es la carta natal.
Cada carta natal es única, no solo por la posición de los planetas, sino por la historia, las experiencias y el nivel de consciencia de cada individuo. Tratar a las personas como simples datos dentro de una estadística psicológica borra la profundidad del análisis y puede llevar a interpretaciones limitantes, fatalistas y que determinan al individuo.
Una práctica de la astrología consciente y responsable, se genera cuando quién la práctica, reconoce que cada persona es un universo en sí mismo, y que el verdadero trabajo del astrólogo no es encasillar con estereotipos zodiacales, sino descifrar con sensibilidad y apertura, la energía particular de cada consultante y el cómo se manifiesta en su expresión.
Así que, como lo hemos mencionado en otros artículos, los signos zodiacales no son personalidades humanas ni etiquetas psicológicas que determinan el comportamiento de la persona, los signos zodiacales son 12 energías arquetípicas que se expresan y manifiestan en el reino de la fisicalidad como parte de un proceso de evolución consciente en donde las experiencias vividas forman parte crucial de este desarrollo.
3.- Cuando el conocimiento astrológico se distorsiona en LOS PREJUICIOS ZODIACALES
Cuando hablo de prejuicios zodiacales, me refiero a las ideas generalizadas, rígidas y reduccionistas sobre los signos, planetas y aspectos que se basan en estereotipos que simplifican y distorsionan la astrología, impidiendo una interpretación profunda y realista de la carta natal.
Los prejuicios zodiacales reducen la astrología a una serie de etiquetas y dogmas que no reflejan su verdadera profundidad y es común que muchos astrólogos caigan en la tentación de asociar signos del zodiaco con características psicológicas que terminan distorsionando la energía zodiacal para terminar de convertirse en prejuicios zodiacales o ideas absolutistas.
Como por ejemplo, decir que «todos los Tauro son tercos» o «los Sagitarios son siempre optimistas» es determinar el vasto potencial de cada signo a un estereotipo estático y rígido.
Estos prejuicios, pueden ejercerse de diversas maneras:
- Jerarquizar a los signos zodiacales (etiquetarlos una posición de mejor o peor)
La jerarquización de los signos ocurre cuando el Astrólogo les asigna un valor absoluto, en su discurso y los pone a competir, como si algunos fueran superiores a otros. Esta tendencia de jerarquizar a los signos zodiacales, es decir, clasificarlos como “mejores” o «peores», «fuertes» o «débiles», «evolucionados» o «atrasados», es uno de los grandes problemas dentro de la comunidad astrológica.
Esta visión jerárquica desvirtúa la esencia primigenia, de la que tanto hemos mencionado en la astrología, porque cada signo tiene una función y una energía arquetípica única que aporta equilibrio al sistema zodiacal. cada signo es una pieza clave en el vasto rompecabezas del cosmos.
Jerarquizar a los signos, solo refuerza -como ya lo hemos dicho- una práctica de la astrología distorsionada, reduccionista y egocéntrica.
Determinismo Astrológico
El determinismo astrológico es la creencia errónea de que la carta natal es un destino fijo e inamovible, como si cada posición planetaria dictara de manera absoluta lo que va a ocurrir en la vida de una persona. Esta visión rígida convierte a la astrología en una herramienta de limitación en lugar de evolución.
Por qué es un problema:
– No sé toma en cuenta el libre albedrío de la persona: La astrología nos muestra expresiones energéticas, pero cada persona decide cómo vivirlas.
– Se Ignora el crecimiento personal: Un mismo aspecto puede manifestarse de formas distintas según el nivel de consciencia de la persona.
– Genera miedo y fatalismo: En lugar de ofrecer herramientas para el autoconocimiento, el determinismo astrológico refuerza la idea de que estamos “condenados” por nuestra carta natal.
- Asociaciones simplistas y absolutas: “Un solo factor define toda la personalidad”
Este error ocurre cuando se hace una lectura reduccionista de la carta natal, asumiendo que un solo signo, planeta o aspecto explica toda la esencia de una persona. La astrología es un sistema complejo, y no se puede encasillar a alguien basándose en un solo elemento de su carta.
Por qué es un problema:
- Simplifica en exceso las relaciones humanas: Una relación no se basa solo en los signos solares, sino en múltiples factores energéticos-elementales.
- Crea barreras innecesarias: Las personas pueden perder oportunidades de conectar con otros simplemente por creer en estos prejuicios.
- Genera sesgos en las relaciones: Si alguien cree que “Cáncer y Sagitario no pueden funcionar juntos”, es probable que busque problemas en la relación en lugar de soluciones.
- Prejuicios de compatibilidad zodiacal: Solo algunos signos pueden llevarse bien entre sí
Este es uno de los errores más comunes en la práctica astrológica: asumir que la compatibilidad entre personas se basa únicamente en sus signos solares o en combinaciones específicas de signos. Si bien la astrología nos brinda herramientas para entender dinámicas energéticas, reducir las relaciones a una simple “buena” o “mala” combinación es un error.
Si bien cuando iniciamos en el mundo de la Astrología, una de las primeras cosas que debemos de aprender son las características generales de cada signo, planeta y casa en cuestión, esta información, que asimilamos, es previa para seguir sumergiéndonos a comprender en profundidad las expresiones energéticas por las que se compone cada ser humano, y que gracias a la Astrología, podremos descubrir esta manifestación.
El zodiaco no es un conjunto de patrones psicológicos predeterminados; es un lenguaje simbólico que refleja energías universales que se manifiestan de maneras únicas en cada individuo. Cada carta natal es una radiografía energética de la persona, y los signos del zodiaco, lejos de ser etiquetas, son expresiones de energía en constante movimiento.
Es importante recordar que, los 12 signos zodiacales son 12 frecuencias vibracionales energéticas que tiene la Conciencia a su disposición para encarnar en el mundo de la fisicalidad, esta energía adopta un molde humano, que “la configura” y se expresa en su totalidad.
Al interpretar la astrología como potencialidades, dejamos de lado los estereotipos, algo fundamental hoy en día, y reconocemos que las energías del zodiaco se combinan con otros factores, como el entorno, la evolución personal (consciencia), y las decisiones de vida. De esta manera, podemos ofrecer una visión más matizada, rica y personalizada en cada una de nuestras lecturas.
4.- Cuando en la práctica Astrológica se proyectan traumas y prejuicios personales
Una distorsión constante en la astrología es la proyección de prejuicios personales, creencias y traumas emocionales sobre las cartas natales de los demás. Cuando el astrólogo no ha trabajado en estos prejuicios o no tiene consciencia de sus propias limitaciones emocionales, corre el riesgo de interpretar las posiciones planetarias a través de estos filtros, distorsionando el mensaje que se le quiere transmitir al consultante.
Un ejemplo común de esto es el uso de generalizaciones absolutistas como: «todos los Aries son impulsivos» o «los Géminis son indecisos». Estas simplificaciones no solo son reactivas, sino que limitan el potencial de la energía zodiacal, llevándola a ser una serie de etiquetas deterministas, en lugar de una herramienta para comprender la energía única de cada persona.
Es fundamental que el astrólogo tenga plena conciencia de sus propios patrones emocionales y prejuicios para evitar proyectarlos sobre la lectura. Una carta natal debe ser una herramienta para comprender al otro y no para reforzar nuestras propias creencias, miedos o inseguridades. El verdadero trabajo del astrólogo consiste en mantener una mente abierta y libre de juicios, y ser capaz de guiar al consultante sin imponer sus perspectivas personales.
Por ejemplo, la afirmación de que «todos los Venus en Acuario tienen prácticas bisexuales» es un tipo claro de cómo los prejuicios personales pueden proyectarse sobre la carta natal. Las posiciones planetarias, como la de Venus, pueden indicarnos cómo una persona expresa su energía amorosa o sexual, pero no son determinantes ni suficientes para justificar comportamientos, prácticas o conductas.
Es importante recordar que la expresión de la sexualidad y de cualquier otra área de la vida es un reflejo de energías que se manifiestan de manera única en cada individuo, influenciadas por muchos factores más allá de las posiciones astrológicas. Decir que una energía como la de Venus en Acuario se expresa exclusivamente de una manera determinada limita el potencial de esa energía y niega las complejidades de la experiencia humana.
La práctica astrológica que realmente se centra en el autoconocimiento, busca ayudar al consultante a entender las energías presentes en su vida y cómo pueden ser utilizadas para su crecimiento y evolución personal, sin caer en reduccionismos ni estereotipos sociales cargados de juicios y tabúes.
5.- El uso del conocimiento astrológico para justificar conductas reactivas
La Astrología es una herramienta poderosa que nos puede ayudar a comprender nuestra naturaleza elemental, nuestros patrones de comportamiento y sus expresiones únicas. Sin embargo, cuando no se utiliza de manera consciente, puede convertirse en una excusa bien fundamentada, para perpetuar conductas reactivas originadas en heridas emocionales del pasado.
Cuando un astrólogo no ha trabajado lo suficiente en su propio autoconocimiento, es fácil que, al analizar una carta natal, se proyecten las propias inseguridades, miedos o traumas no resueltos. Por ejemplo, un astrólogo podría interpretar la posición de un planeta como una justificación para comportamientos destructivos o autolimitantes, sin considerar que estas características pueden ser trabajadas y evolucionadas con el tiempo.
El problema surge cuando, en lugar de usar la astrología como una herramienta de comprensión, liberación y empoderamiento, se convierte en una forma de aferrarse a patrones emocionales o conductuales pasados que nos limitan en el presente. La astrología no debe practicarse como un medio para justificar lo que no se ha sanado, sino una guía para reconocer esas heridas y avanzar hacia una mayor integración y consciencia.
Es fundamental que tanto los astrólogos como los consultantes recuerden que la carta natal es un mapa de potencialidades, no una sentencia final. Si una persona se aferra a una interpretación que refuerza sus traumas pasados, se pierde la oportunidad de evolucionar hacia una versión más plena de sí misma. La verdadera astrología, centrada en el autoconocimiento, invita a la sanación, a la transformación y el crecimiento, no a la validación de patrones destructivos.
El reto para cualquier astrólogo es reconocer cuándo el ego está distorsionando su práctica y desviar su enfoque hacia una astrología más consciente y empática. Identificar estas señales nos hablan de oportunidades de crecimiento. La astrología es una herramienta poderosa, pero solo cuando se usa con responsabilidad y apertura. La verdadera maestría no está en saberlo todo, sino en reconocer que siempre hay más por aprender y en mantenerse en constante evolución junto con el conocimiento que se transmite.
En el siguiente artículo, que es la parte 3 y última, estaremos revisando aspectos importantes que nos ayudarán a mantener la humildad en la Astrología y dejar a un lado la vanidad personal.
Muchas gracias,
Octavio.